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[vc_row][vc_column][vc_tta_accordion style=”modern” active_section=”1518651645821-3f3d7471-69ac” no_fill=”true” collapsible_all=”true”][vc_tta_section title=”RESEÑA” tab_id=”1518650430968-fefc81d3-56d1″][vc_column_text]Reseña literaria de la novela El mapa de lo humano: la complejidad de morir y llamarse Eduardo
Por Juan Mireles
¿Qué puede significar la muerte de un padre? En esta novela basta una llamada para modificarlo todo, para romper la cotidianidad y con ello acercarnos a la vida de Eduardo, de sus hijas, de su esposa y amantes, de ciertas personas que cercanamente o no, gravitan en torno a la figura de éste, a quien un mal día de le detuvo el corazón, más pronto de lo que esperaba.
El mapa de lo humano nos muestra cómo la muerte, al tocarnos, nos redimensiona, nos sacude y lleva a un camino donde se logran entrelazar otras vidas con sus respectivas historias que se desarrollan principalmente en la Ciudad de México, y que van advirtiendo el amor, el miedo, el desconcierto, la incertidumbre, las pasiones personales, la experimentación; los objetivos individuales, los actos, las tragedias, los sueños, en cada uno de los personajes (incluido Eduardo) que, en definitiva, logran actuar y sentir como nosotros, de una manera natural, porque están vivos, porque existe una verdad en la obra.
El escenario de esta novela es la vida misma. Las relaciones humanas van experimentando una suerte de transformación que conocemos gracias a la desaparición física de Eduardo, y que página a página se va construyendo una historia a partir de este acontecimiento.
La narrativa de Rubén Don es sólida. No hay desperdicios o excesos en ninguna parte de su prosa; es decir, estamos ante un escritor que entiende los perfiles, los tonos y las dimensiones de sus personajes.
Las voces que habitan la obra y la estructura de ésta ayudan a que nosotros los lectores estemos pendientes de aquello que subyace en El mapa de lo humano, ese otro significado que descubrimos al final de la historia.
Estamos ante una novela que consigue mirarnos, mirar al otro y reconocer, muy adentro, que la vida poder ser de una sencillez complejísima.[/vc_column_text][/vc_tta_section][/vc_tta_accordion][/vc_column][/vc_row]